Libros de ayer y hoy
Mezquindad e ignorancia
El escritor Carlos Fuentes advertía en su ensayo sobre La nueva novela Latinoamericana que “en nuestra realidad delirante” siempre está presente el “único personaje mitológico que ha producido América Latina”: la figura del dictador continental.
La idea viene a cuenta por la sucesión de acontecimientos políticos que van desde la ominosa institucionalización de la consulta popular para sustituir a la democracia para gobernar desde el plebiscito a la voz del Supremo para llegar a la extinción de 109 fideicomisos, con lo que se retiran 68 mil millones de pesos que le cerrarán el paso a la investigación científica, sanitaria, biológica, tecnológica, el campo, la cultura cinematográfica, la atención a la infancia, las contingencias por desastres naturales y los derechos humanos.
El proceso que privilegia a la militarización del país porque el fondo para esa causa no se tocó, tiene como objetivo centralizar en el Ejecutivo recursos escasos en lugar de fomentar el desarrollo productivo.
Además, la cancelación de esos fideicomisos se considera un triunfo político aunque el oscurantismo de sus intenciones tiende a debilitar a las instituciones nacionales, favorece el rezago, impide el equilibrio de los Poderes de la Unión, promueve la incertidumbre y tiende a ser otro factor negativo para la ciudadanía.
Desde la perspectiva legislativa, el partido gobernante se ha apartado de su representatividad popular para cumplir exclusivamente los deseos del Supremo.
Ha sido incapaz de construir una estrategia de largo plazo capaz de reunir a otras organizaciones sociales para revertir los problemas estructurales que enfrenta el país. Su rutina es cortoplacista, incoherente, carente de análisis y sin medir las consecuencias de impedir una planificación estructurada y sistemática.
Pareciera que el objetivo público es en favor del desorden, porque les importan los resultados que satisfagan al poder Ejecutivo y que ofrezcan resultados inmediatos sin importar el futuro que, si bien garantizan aplausos y afectos inmediatos, cierran el paso al bienestar duradero.
A la fecha, por ejemplo y salvo el estricto cumplimiento de las órdenes presidenciales, no se percibe transformación en el transporte, la salud, seguridad o educación, sectores que arrastran profundas deficiencias atribuibles a causas históricas, sus adecuaciones han sido más para el control político que para la satisfacción de necesidades.
En el Congreso de la Unión los legisladores de Morena han sido incapaces de honrar a sus representados, aunque han demostrado que son muy eficientes para privilegiar el enfoque electorero y clientelar de corto plazo a costa del desarrollo nacional.
Los legisladores que aprobaron en lo general la reforma que elimina 109 fideicomisos, incluidos los que se abstuvieron, son ignorantes por la falta de análisis de su decisión, cobardes por no enfrentar la realidad que nada tiene que ver con la Austeridad Republicana ni con la recuperación económica y son mezquinos con el país porque saben que cometen acciones que perjudican a los demás y se comportan de manera despreciable y ruin.
@lusacevedop