
No somos iguales, pero…
Morena y el Bastón de Mando en los dos Palacios del poder
Como en política se debe de mostrar solo lo que se tiene que mostrar, el saldo del congreso extraordinario de Morena el domingo pasado causó decepción en el ambiente político, pero no por objetivos concretos, sino porque se esperaba una severa fractura al interior de la coalición dominante en el poder. El mensaje presidencial de “soy tabasqueña” apaciguó calenturas tropicales.
El dato más importante se localizó en expectativa de la presencia por razones obvias del secretario de Organización del partido, Andrés Manuel Andy López Beltrán y en el ambiente de linchamiento alrededor de líder morenista en el Senado, segundo secretario de Gobernación del presidente López Obrador y fuerte precandidato presidencial en 2024, además de una figura muy cercana en los sentimientos familiares del mandatario, Adán Augusto López Hernández.
Y como cereza del pastel se ubicó el ambiente que había construido con habilidad mediática del exlíder senatorial y líder legislativo Ricardo Monreal Ávila, su enigmático mensaje en el que anunció prácticamente haber llegado al tope de su carrera política y comenzaba ya su pase a retiro, pero con circunstancias muy cercanas de que había acariciado la posibilidad lejana de convertirse en precandidato presidencial en 2030.
En este escenario que había desorientado a las bases de Morena que estaban acostumbradas las mensajes directos y claros de su caudillo, la presidenta del partido, Luisa María Alcalde Luján, no alcanzó a fijar un verdadero liderazgo político y tuvo que llegar en su auxilio el experimentado político Alfonso Durazo Montaño, forjado en las disputas en modo PRI.
Las señales que llegaron de Palenque al Congreso partidista fueron muy claras: evitar las confrontaciones, acuerpar Adán Augusto, excluir cualquier debate que tuviera que ver con candidaturas presidenciales, eludir inclusive el espinado tema del nepotismo como candado hasta el 2030 y dar una imagen aunque sea pública y en modo priista de acarreo de masas, con la única excepción que Morena no debe desdeñar: la espina clavada en un costado por la figura morenista de apellido Yunes, expriista, expanista y aunque no lo quieran reconocer el gran salvador con el voto de mayoría para que Morena tuviera la mayoría calificada en el Senado y sacara la reforma judicial.
Inclusive, algunos analistas estaban considerando que pudieran haberse dado algunos indicios de desacuerdos de coyuntura entre los dos Palacios, el Nacional y el de Palenque, y en este contexto se esperaba alguna señal muy precisa de Palacio Nacional para fijar su espacio de poder después de aquella imagen de desdén del bloque lopezobradorista hacia la presidenta Sheinbaum en el mitin del Zócalo donde le dieron la espalda a su llegada, aunque más como descuido que como mensaje de confrontación, pero que al final de cuentas quedó como indicios de las prioridades de la presidenta y del bloque que sigue siendo dominante del presidente emérito en su partido Morena.
Aislado y bajo control Adán Augusto, camino al retiro urgente de Monreal, sin ninguna presencia de Ebrard en el Congreso de Morena, tabasqueñizada la presidenta y también con el dato sobresaliente de que esa reunión partidista del domingo no se tomó la molestia de mandar mensajes públicos de unidad a Palacio Nacional, aunque en el área de poder del Zócalo capitalino se tiene claro que Morena es de López Obrador, pero que al final de cuentas el poder presidencial es el poder presidencial y que Sheinbaum Pardo no necesita mandar mensajes donde no era necesario mandar mensajes.
Si se quiere llegar a una interpretación más o menos adecuada de lo ocurrido, se puede decir que el Congreso de Morena fue un empate técnico, que las bases y estructuras de Morena no representan a nadie sino que reaccionan a las lealtades al fundador de su movimiento, pero al mismo tiempo reconocen que la presidenta de la República tiene un liderazgo en el partido y que debe ser tomado en cuenta.
Las expectativas de analistas en redes sociales esperaban deslindamientos entre los dos liderazgos reales y formales en el partido –el de López Obrador y el de Sheinbaum Pardo– y estaban adelantando vísperas de lo que vendría a sobrecalentar el ambiente político dentro de un año y medio, a finales del 2026, para definir candidaturas legislativas federales y de gobernadores. Y como para orientar malos augurios, los gobernadores morenistas no pudieron meter las manos en el Congreso partidista.
De ahí que la conclusión sea anticlimática: no hubo crisis en el partido en el poder y el corredor político Palacio Nacional-Palacio de Invierno de Palenque sigue funcionando porque se volcó un poco de agua fría en las expectativas que Andy López Beltrán había despertado en el ambiente político como el heredero indiscutible del legado lopezobradorista en 2030.
-0-
Política para dummies: en política, las ansias son malas consejeras.
Tik Tok y Pregúntale a Carlos Ramírez en http://elindependidente.mx
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.
@carlosramirezh
PUBLICAR EL martes 22 DE JULIO DE 2025.
INDICADOR POLITICO
Morena y el Bastón de Mando
en los dos Palacios del poder
Por Carlos Ramírez
Como en política se debe de mostrar solo lo que se tiene que mostrar, el saldo del congreso extraordinario de Morena el domingo pasado causó decepción en el ambiente político, pero no por objetivos concretos, sino porque se esperaba una severa fractura al interior de la coalición dominante en el poder. El mensaje presidencial de “soy tabasqueña” apaciguó calenturas tropicales.
El dato más importante se localizó en expectativa de la presencia por razones obvias del secretario de Organización del partido, Andrés Manuel Andy López Beltrán y en el ambiente de linchamiento alrededor de líder morenista en el Senado, segundo secretario de Gobernación del presidente López Obrador y fuerte precandidato presidencial en 2024, además de una figura muy cercana en los sentimientos familiares del mandatario, Adán Augusto López Hernández.
Y como cereza del pastel se ubicó el ambiente que había construido con habilidad mediática del exlíder senatorial y líder legislativo Ricardo Monreal Ávila, su enigmático mensaje en el que anunció prácticamente haber llegado al tope de su carrera política y comenzaba ya su pase a retiro, pero con circunstancias muy cercanas de que había acariciado la posibilidad lejana de convertirse en precandidato presidencial en 2030.
En este escenario que había desorientado a las bases de Morena que estaban acostumbradas las mensajes directos y claros de su caudillo, la presidenta del partido, Luisa María Alcalde Luján, no alcanzó a fijar un verdadero liderazgo político y tuvo que llegar en su auxilio el experimentado político Alfonso Durazo Montaño, forjado en las disputas en modo PRI.
Las señales que llegaron de Palenque al Congreso partidista fueron muy claras: evitar las confrontaciones, acuerpar Adán Augusto, excluir cualquier debate que tuviera que ver con candidaturas presidenciales, eludir inclusive el espinado tema del nepotismo como candado hasta el 2030 y dar una imagen aunque sea pública y en modo priista de acarreo de masas, con la única excepción que Morena no debe desdeñar: la espina clavada en un costado por la figura morenista de apellido Yunes, expriista, expanista y aunque no lo quieran reconocer el gran salvador con el voto de mayoría para que Morena tuviera la mayoría calificada en el Senado y sacara la reforma judicial.
Inclusive, algunos analistas estaban considerando que pudieran haberse dado algunos indicios de desacuerdos de coyuntura entre los dos Palacios, el Nacional y el de Palenque, y en este contexto se esperaba alguna señal muy precisa de Palacio Nacional para fijar su espacio de poder después de aquella imagen de desdén del bloque lopezobradorista hacia la presidenta Sheinbaum en el mitin del Zócalo donde le dieron la espalda a su llegada, aunque más como descuido que como mensaje de confrontación, pero que al final de cuentas quedó como indicios de las prioridades de la presidenta y del bloque que sigue siendo dominante del presidente emérito en su partido Morena.
Aislado y bajo control Adán Augusto, camino al retiro urgente de Monreal, sin ninguna presencia de Ebrard en el Congreso de Morena, tabasqueñizada la presidenta y también con el dato sobresaliente de que esa reunión partidista del domingo no se tomó la molestia de mandar mensajes públicos de unidad a Palacio Nacional, aunque en el área de poder del Zócalo capitalino se tiene claro que Morena es de López Obrador, pero que al final de cuentas el poder presidencial es el poder presidencial y que Sheinbaum Pardo no necesita mandar mensajes donde no era necesario mandar mensajes.
Si se quiere llegar a una interpretación más o menos adecuada de lo ocurrido, se puede decir que el Congreso de Morena fue un empate técnico, que las bases y estructuras de Morena no representan a nadie sino que reaccionan a las lealtades al fundador de su movimiento, pero al mismo tiempo reconocen que la presidenta de la República tiene un liderazgo en el partido y que debe ser tomado en cuenta.
Las expectativas de analistas en redes sociales esperaban deslindamientos entre los dos liderazgos reales y formales en el partido –el de López Obrador y el de Sheinbaum Pardo– y estaban adelantando vísperas de lo que vendría a sobrecalentar el ambiente político dentro de un año y medio, a finales del 2026, para definir candidaturas legislativas federales y de gobernadores. Y como para orientar malos augurios, los gobernadores morenistas no pudieron meter las manos en el Congreso partidista.
De ahí que la conclusión sea anticlimática: no hubo crisis en el partido en el poder y el corredor político Palacio Nacional-Palacio de Invierno de Palenque sigue funcionando porque se volcó un poco de agua fría en las expectativas que Andy López Beltrán había despertado en el ambiente político como el heredero indiscutible del legado lopezobradorista en 2030.
-0-
Política para dummies: en política, las ansias son malas consejeras.
Tik Tok y Pregúntale a Carlos Ramírez en http://elindependidente.mx
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.
@carlosramirezh
Twitter: @ElIndpendiente