
Teléfono Rojo
¡“GENIALIDAD” DE UNA PRESIDENTA!
A seis meses de iniciado el segundo gobierno federal de Morena resulta obligado volver a cuestionar hasta dónde llegan los límites del poder presidencial en México.
Y es que pareciera que los huéspedes de Palacio pierden todo el sentido de la realidad, al momento siguiente de habitar la nueva casa presidencial.
Y por eso las preguntas.
¿Quién asesora a la “señora presidenta”?
¿A quién escucha la señora Claudia Sheinbaum?
¿No hay nadie capaz de hacerle ver que, en su afán de aparecer como “todologa”, la presidenta no sólo hace el ridículo y desata sonoras carcajadas, sino que daña la credibilidad de la investidura y de su gobierno?
Por si lo han olvidado les recuerdo que las anteriores interrogantes las formulé aquí en más de una ocasión, luego de las constantes pifias discursivas del entonces presidente López Obrador, en sus mañaneras.
Pifias como asegurar que bajaría el precio de la gasolina a diez pesos; como prometer que se cambiaría el nombre si en cuestión de días no resolvía el desabasto de medicamentos; como sostener que había acabado con el robo de combustible; como comparar el fallido sistema de salud mexicano con el de Dinamarca; como negar que en México no se fabricaba fentanilo y, sobre todo, asegurar de forma vehemente que con la construcción del Tren Maya, no se talaría un solo árbol.
Sí, todas las anteriores, entre muchas otras, ya son un clásico de las torpezas del exmandatario y que confirman que habitar en Palacio convierte a sus huéspedes en figuras grotescas alejadas de la realidad y carentes de toda credibilidad.
Y volvemos a las preguntas arriba citadas, porque no pocas de las mañaneras de la presidenta mexicana resultarían de risa loca, de no ser porque día con día exhiben, como una verdadera caricatura, al gobierno mexicano.
Y si no lo tienen en la memoria, la más reciente de las pifias de Claudia Sheinbaum se produjo apenas en la mañanera del 5 de abril del 2025, en Palacio, cuando la “señora presidenta” habló sobre uno de los principales objetivos de su administración; el de reducir el costo de la energía eléctrica para los usuarios.
Así lo dijo: “Nuestro objetivo es bajar el precio de la electricidad. ¿Y cómo lo vamos a hacer? Si se consume menos, se va a pagar menos”. (FIN DE LA CITA)
Por ridícula, la obviedad desató toda clase de memes y burlas en redes sociales, además de que alcanzó el nivel de tendencia como una de las peores explicaciones de la “científica señora presidenta”, comparable a aquella declaración de Obrador, cuando aseguró que “a los pobres nadie los secuestra”, porque no tienen dinero, lo que llevó a muchos a suponer que AMLO en realidad insinuó que, para no ser secuestrado, todo México debía ser de pobres.
Y es que a la luz de la risible obviedad que dijo la “señora presidenta”, se podría solucionar cualquier problema social, político y económico de México y del mundo.
Por ejemplo, que frente al fallido sistema de salud mexicano, la fórmula debiera ser que los ciudadanos se abstengan de enfermarse, prohibido estar enfermo; para no gastar en gasolina, los ciudadanos pueden acudir a sus labores cotidianas caminando; para salir de la pobreza la fórmula sería no gastar en nada, salvo una comida frugal y, así se acabaron los pobres.
Pero la estrategia de no gastar energía eléctrica para pagar menos no fue la última de las aberraciones de la presidenta. Apenas el pasado lunes se aventó la puntada de anunciar que enviaría una carta a la dirigencia de Morena, para regular las campañas electorales del 2027.
Y se trató de otra mentirosa aberración, ya que a los ojos de todos y durante seis años, la entonces jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, realizó una intensa campaña como la candidata presidencial preferida; campaña no sólo adelantada, sino ilegal y usando el dinero de los contribuyentes.
Y por eso volvemos a preguntar: ¿Qué extraña influencia tiene Palacio en sus huéspedes, que en cuanto se hospedan en sus elegantes y exclusivos salones, se alejan de la realidad?
Al tiempo.