
El abogado y el presidente
¿PERO QUÉ NECESIDAD, PRESIDENTA CLAUDIA?
De nueva cuenta la impericia de Palacio en materia diplomática.
De nuevo la evidencia de que en la presidencia de México mandan servidores públicos inexpertos.
Y de nuevo se prueba que los asesores presidenciales en realidad parecen enemigos de la presidenta.
Y es que, en un extremo impensable, la jefa del Estado y del gobierno mexicanos aparece dando tumbos y sin las herramientas necesarias para hacer frente a su responsabilidad diplomática.
Una penosa exhibición de las limitaciones diplomáticas de Claudia Sheinbaum, antes y después de la audiencia en la que Ovidio Guzmán se declaró culpable de cuatro cargos –de un total de 12 acusaciones–, que le imputó la justicia norteamericana, en su calidad de líder del Cártel de Sinaloa.
Pero vamos por partes.
Todo empezó cuando Claudia Sheinbaum externó su incomodad pública por el acuerdo judicial alcanzado por la justicia norteamericana y Ovidio Guzmán, hijo del fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera.
La presidenta dijo –palabras más, palabras menos–, que se trataba de una contradicción el pacto entre el gobierno norteamericano y un criminal al que, ese mismo gobierno clasificó como terrorista.
¿Pero qué necesidad, señora presidenta? ¿No pregona usted el respeto a las decisiones soberanas de los estados?
Lo cierto es que ese sólo había sido el primer desacierto. ¿Por qué?
Porque al cuestionar el acuerdo entre la justicia norteamericana y el líder del Cártel de Sinaloa, la presidenta Sheinbaum abrió la puerta para que el abogado “cantara” lo que aún no ha “cantado” Ovidio Guzmán, en detrimento de la imagen de México y de la propia presidenta.
Y es que, en su respuesta, el abogado Jeffrey Lichtman se fue con todo contra la mandataria mexicana
Así lo dijo el abogado de Ovidio Guzmán, en conferencia de prensa: “Sus quejas (de Sheinbaum) revelan que (su) gobierno no estuvo involucrado en la negociación entre mi cliente y el gobierno de Estados Unidos… Dice que el gobierno de México debió participar en el proceso legal de extradición, en una suerte de negociación, lo cual es una idea absurda…
“Sobre todo si pensamos que, en el caso del general Cienfuegos, se le acusó de proteger a miembros del narco y después de que se le imputaran los cargos, se insistió en que volviera a México porque México quería someterlo a juicio. Fue devuelto y no solo se le exoneró de inmediato, sino que el presidente de México (López Obrador) lo condecoró y dijo que la DEA había fabricado la evidencia, algo que de nuevo es absurdo”. FIN DE LA CITA)
Por eso debemos insistir que lo que no “cantó” Ovidio Guzmán, lo “cantó” su abogado, quien acusó a la mandataria mexicana de proteger al “cártel de El Mayo”, además de que confirmó que los gobiernos de AMLO y de Claudia, no son confiables para el gobierno norteamericano.
¿Pero qué necesidad, señora presidenta?
Sin embargo, tampoco terminó ahí la disputa.
Y es que la señora Sheinbaum volvió a lanzar “palos de ciego” y, desde Culiacán y flanqueada por el “narco-gobernador” Rubén Rocha Moya, respondió lo siguiente: “Primero decir que las declaraciones del abogado (Lichtman) son irrespetuosas de la institución presidencial (…) No establecemos contubernio ni complicidad con nadie. Eso lo sabe el pueblo de México y lo saben todas y todos”. (FIN DE LA CITA)
¿Qué necesidad, presidenta, de enfrenarse al tú, por tú con el abogado de un criminal como Ovidio Guzmán? ¿Qué necesidad de hacerlo desde Culiacán y flanqueada por Rocha Moya?
En respuesta y a través de sus redes sociales, Lichtman elevó el nivel de la escaramuza lanzó una impensable acusación a la presidenta mexicana.
Así lo señaló: “Al parecer, la presidenta de México está disgustada con mis sinceros comentarios sobre su oficina y su gobierno corruptos. Puede convocar tantas conferencias de prensa apresuradas como quiera, pero el pueblo mexicano, y yo mismo, sabemos que actúa más como el brazo de relaciones públicas de una organización narcotraficante que como la líder honesta que merece el pueblo mexicano. Tendré más que decir al respecto en breve”. (FIN DE LA CITA)
¿Qué necesidad, señora presidenta?
¿Será que en Palacio no existe nadie capaz de entender el daño que le causan a la presidenta las improntas sin ton ni son?
Al tiempo.