Cambio de coordenadas
¡Hoy, en el Congreso, infierno o gloria!
El de hoy será un día histórico; un día para recordar.
Un día en el que los mexicanos asistiremos a la impensable disyuntiva de esperar un futuro entre el infierno o la gloria.
Un día en el que el futuro de la democracia mexicana; del país todo, depende de un puñado de diputados y senadores que tienen en sus manos la muerte de la democracia o la gloria como mujeres y hombres responsables y que habrían salvado el futuro de más de 120 millones de mexicanos.
Y es que hoy, en la Comisión Permanente del Congreso, una mayoría de diputados y senadores, de todos los partidos, podrían votar –en plana pandemia–, a favor de un periodo extraordinario de sesiones del Congreso, para dar curso a una reforma del presidente que viola la Constitución, que daría muerte a la democracia mexicana, acabaría con la División de Poderes y abriría la puerta al mayor fraude de la historia.
¿Por qué al mayor fraude de la historia?
Porque si el Congreso aprueba la iniciativa enviada por el presidente, para disponer de manera discrecional del dinero público, López Obrador podrá disponer de todo el dinero que requiera para comprar votos, conciencias y voluntades en las elecciones del 2021 y del 2024.
De esa manera, el 1 de mayo del 2020 también podría ser recordado como el día en que murió el Poder Legislativo en México, en general, pero en particular se pudiera convertir en el día en que murió la Casa del Pueblo, que es la Cámara de Diputados.
El 1 de mayo del 2020 se podría convertir en la fecha en la que, de manera formal, arrancó la dictadura de López Obrador; el día en el que el presidente disparó el tiro de gracia a la democracia mexicana, para dar muerte a una de las “joyas de la corona”; la División de Poderes.
El 1 de mayo del 2020 se puede convertir en la fecha en la que los representantes populares dejaron de serlo; dejaron de servir a los ciudadanos, para convertirse en lacayos de poder en manos de un solo hombre, en sirvientes del usurpador de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El 1 de mayo del 2020 podría ser recordado como el momento en que se quitó la careta el usurpador López Obrador, quien no sólo se puede adueñar de las facultades del Congreso y de la Casa del Pueblo sino que, en lugar de presiente, se pudiera convertir en rey.
El 1 de mayo del 2020 puede ser recordado como el día en el que un puñado de traidores a la patria; diputados y senadores del partido Morena –junto con algunos dizque opositores–, derribaron el edificio constitucional que soportaba la democracia mexicana, para suplantarla por la tiranía despótica y nada democrática de un dictador.
El 1 de mayo del 2020 podrá ser la fecha en la que se legitima el grosero clientelismo electoral; al uso discrecional del dinero público para la compra de votos; el despilfarro para someter conciencias y para la entrega de la dádiva electorera nada constitucional, a cambio del voto popular.
El 1 de mayo del 2020 podría ser el arranque del más monstruoso fraude electoral de la historia; el fraude simultáneo de las elecciones intermedias, del 2021 y de la presidencial del 2024.
Y es que si López Obrador se queda con el manejo discrecional del presupuesto, tendrá recursos de sobra para comprar votos a manos llenas, de manera ilegal y fraudulenta. Es decir, el político que más denuncio el fraude electoral terminaría como el mayor defraudador de todos los tiempos.
El 1 de mayo del 2020, la historia de México podría dar un cambio de 180 grados y pasar de una joven democracia tambaleante, a una democracia aniquilada que daría paso a un gobierno sin reglas, sin leyes; a una sociedad sometida, domesticada y sin libertades; en donde el poder estaría en manos de un déspota culpable de aniquilar la democracia.
Por el contrario, sin embargo, también existe la posibilidad de que el 1 de mayo del 2020 se convierta en un día para celebrar, para honrar y felicitar a las mujeres y los hombres de bien del Congreso mexicano; ciudadanos que entendieron la gravedad del momento y que, a pesar de las muchas presiones, cumplieron como patriotas.
Mexicanas y mexicanos que podrían salir en medio del aplauso general, por haber salvado, de manera momentánea, la democracia y el futuro de más de 130 millones de mexicanos. Se habría ganado una guerra, no la batalla.
Hoy, el infierno o la gloria en el Congreso.
Al tiempo.