Indicador Político
Cuitláhuac García es un hombre afortunado. Sin López Obrador difícilmente habría llegado a ser gobernador de Veracruz, uno de los estados más importantes, complejos y emproblemados del país. Ya como mandatario, a pesar de la incompetencia gozó de generoso apoyo y protección desde Palacio Nacional. Ante los resultados fallidos o los excesos como el uso de político de la justicia penal, el presidente López Obrador le rescataba aludiendo de que es un “hombre honesto”, como si bastara la opinión del presidente para volverlo cierto y, además, como si eso fuera suficiente.
El gobernador correspondió con creces al presidente López Obrador como patrocinar plantones ante la Corte y parodiar la muerte de sus integrantes y especialmente su presidente Norma Piña. Complacido debió estar el de palacio nacional con los desplantes corrosivos del mandatario.
Las malas cuentas exponían seriamente al gobernador en la conclusión de su mandato y no sólo ello. La distancia con la nueva gobernadora era para quitar el sueño a él y a los beneficiarios de su gestión. Rocío Nahle afilaba cuchillos largos y los afectados, malquerientes y los que cambian de lealtad como de calcetines hacían legión en su contra. Nada bueno en un estado con precedentes de persecución judicial políticamente motivada, como le ocurrió a Dante Delgado cuando Miguel Ángel Yunes era poderoso secretario de gobierno de Patricio Chirinos.
El “hombre honesto” continúa con suerte. Este sábado, en el último día de gobernador la presidenta Sheinbaum anunció que se incorporaría a su gobierno en un “cargo estratégico”, extraño no precisar la tarea y no aludirla en la mañanera del lunes. El anuncio representa el mayor anhelo de todo gobernador; no importa el destino, el simple hecho de contar con la bendición presidencial y referir como argumento la nostalgia, lo dice todo. Algo malo ocurre en Morena entre sucesores, como en Tabasco, en donde el gobernador May le dio por agredir a su antecesor constitucional a manera de autoexculparse por la violencia sin precedente al inicio de su gestión. Por cierto, fue Andrés López Beltrán quien llamó a la unidad en Tabasco, todo un mensaje porque le antecede la visita al expresidente López Obrador y refiere a una oposición agazapada que en cualquier momento puede resurgir, lo dice en un Estado con abrumadora votación por Morena.
Lo acontecido revela la debilidad del régimen por las disputas en su interior. El relevo en los gobiernos lo muestra y la inconformidad es inevitable de quien inicia por el campo minado heredado. No sólo son Veracruz y Tabasco. Todos los gobernadores que inician en el marco de continuidad muestran repudio al antecesor, excepción la Ciudad de México, por obvias razones.
Para la gobernadora Nahle no es buena noticia el manto de inmunidad e impunidad que el centro le otorga a su antecesor. Las medidas ejemplares las habrá para funcionarios menores. Antes, tuvo que digerir el acuerdo igualmente de impunidad para la familia Yunes Linares, difícil de procesar en el ámbito local. También la gobernadora Layda Sansores por el mismo beneficio y por la misma razón se le obliga terminar con el proceso penal contra Eliseo Fernández, artífice del arreglo para lograr la ausencia del senador Daniel Barreda en la sesión para la votación de la reforma judicial. El sentimiento de cuerpo con esos políticos cobra relieve por la impunidad de por medio.
La debilidad mayor del régimen está en los alcaldes y mandatarios estatales. Los peor evaluados son los de Morena y aliados, lo que representa un problema mayor para el futuro próximo a pesar de la parcialidad del régimen, la colonización del INE y el uso político de los programas sociales. La fuerza de Morena deriva del centro y de la verticalidad en las decisiones. Las dificultades crecen y se reproducen en las regiones por la incompetencia, desbordada corrupción y en no pocos casos la colusión con el crimen organizado. Complicadas las condiciones para la reproducción del régimen político, la diferencia es que en el pasado la oposición, particularmente el PAN en su conjunto, tenía claridad sobre la disputa electoral a partir del municipio, no ha sido así a pesar de que tiene buenos alcaldes en muchas capitales y ciudades del país.
Por su parte, Cuitláhuac el “hombre honesto” continúa con su racha de suerte. Por el bien de todos lo mejor que puede ocurrir es ubicarlo en un área sin mucha exposición, y sin responsabilidad para evitar el menor daño posible.