Claroscuro
El Senado de la República debió de haber recordado que el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer y que los padres pueden esperar un poquito. Esta crónica debería de haber sido escrita el día del padre, allá por junio y no para la fecha mencionada primero. Pero al Senado se le ocurrió aprobar en comisiones que los padres gocen de 15 días más de los cinco que ya gozaban, o sea 20 y de 30 en el caso de que el parto en el que presuntamente van a apoyar, se complique. Más coherente, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público envió un mensaje en el que sugiere aumentar el permiso a diez días y cinco más en casos de complicaciones. En una larga alharaca en la que se exalta a todo volumen entre senadoras y senadores la virtual presencia del hombre en situaciones tan fundamentales, se habló de la importancia de que los trabajadores tengan ese derecho, como si la llamada reforma fuera para días de descanso del trabajador. Lo señores del Senado no saben o se hacen que esos días, el mencionado trabajador no tiene porqué descansar porque va a pasar los días más pesados de su Historia.
Que bueno que los miles y miles de padres mexicanos se asuman como tales en la vida cotidiana y no solo el día del padre que es meramente comercial. Se dijo en tiempos recientes que México se define sociológicamente como un país sin padres y las estadísticas lo confirman. lnegi desde 2009 ya señalaba que el 41,5 de los hogares mexicanos carecía de la figura paterna y estaba al cuidado de la madre. Quizá por eso algunos creen que la identidad está en la búsqueda del padre, el hombre ausente que le negó todo. Hay muchas obras que hablan de esa búsqueda, pero en México hay dos que son clásicas y que remiten a la identidad metafórica, como personas y como país: Pedro Páramo y Visión de Anáhuac. Siempre llama la atención que para algunos sea el padre el que defina la identidad, como en el viejo patriarcado. Cuando hasta en las leyendas bíblicas de Adán y Eva, se habla de una pareja como símbolo inicial.
Un país, una nación, como concepto sociológico, se llama patria que es una voz femenina como et término paternidad. Los códigos penales tipifican como el delito más grave el parricidio, traición a la patria, asesinato de los padres. hombre o mujer, los seres que dieron la vida. Pero hay atenuantes en el infanticidio cometido por la madre, el ser que dio la vida, como delito menos grave. Sobre la búsqueda del padre para reafirmar la identidad, los especialistas tienen muchas teorías aunque parece una discusión del pasado. Y en ello bajándole al tema, han contribuido muchos guionistas que siempre andan buscando a la madre. Lo importante en todo caso respecto a quien proporciona la identidad, es lo que se entiende por familia en esta época, cuando los esquemas tradicionales han variado y la sociedad contempla a otros tipos de progenitores.
Alfonso Reyes escribió Visión de Anáhuac (Editorial Arte y Literatura, Habana Cuba, muchas ediciones se otras editoriales), en 1915 cuando solo tenía 26 años. A los 30 prologó el famoso libro de Chesterton El hombre que fue jueves. El aquel pequeño libro, el suyo, de alrededor de 25 páginas, el escritor regiomontano extrae de las fuentes primarias, Bernal Díaz del Castillo y Hernán Cortés, los datos que configuran nuestro origen a partir de la visión española, nuestra identidad, según los analistas de la obra, aunque a veces Reyes se muestra escéptico. Se ptresenta entonces a una región prodigiosa, la región más transparente del aire, de encantamiento, de tierra de promisión, que singularmente ¡es femenina!
Teresa Gil