Indicador Político
Mientras una guerra de grandes potencias conmociona al mundo, las guerras diarias de los países pobres no interesan
Las otras guerras. Por los caminos del sur
La guerra contra la pobreza y el crimen en Guerrero, se libra todos los días. Y las principales víctimas son los indígenas y los afromexicanos. Estos, que representan el 8.6 por ciento de la población negra total (2 por ciento de la población nacional), deambulan en parte por las playas de Acapulco, donando sus vidas todos los días. Las guerras en las que las grandes potencias están metidas, conmocionan al mundo, aunque la información distorsione los hechos. Pero las guerras internas de los países pobres o intermedios no importan. Son cotidianas y por lo general fueron algunas de esas superpotencias las que las instalaron. En momentos en que la potencia del norte lleva al mundo su postura sobre lo que pasa en Ucrania, ¿A quien le importa la vieja historia de los esclavos traídos del África a nuestro país por gestores utilitarios que querían aprovechar su fuerza, su vida entera para buscar su propio enriquecimiento? ¿a quien le importó en la viejas culturas que en sus actuales resabios se estremecen ante un ajuste de cuentas en Ucrania, que miles, millones de negros murieran en la esclavitud? Todos en el pasado vivieron de la fuerza esclava y el color fue la distinción de los que podían ser libres y los que no. Un país como Estados Unidos que ahora reclama intromisión en un entorno que no es el suyo, fue una de las grandes depredadoras de la fuerza esclava. Hasta una bandera propia, aún utilizada por el racismo blanco, fue el símbolo del poderío y mucho antes que Hiler, diseñó su propio símbolo como imagen del predominio blanco.
LA ESCLAVITUD TIENE OTROS ROSTROS. LAS PLAYAS UNO DE ELLOS
El turismo costeño se revalúa en Acapulco y va rebasando el 60 por ciento que se estancó por meses. El color amarillo en el puerto es como si fuera verde. A los que llegan les vale. El descenso de turistas es impresionante, y lo hacen cargados de niños, bultos y un gran deseo de contemplar el mar. Centenares cubrían las banquetas desde el viernes 25, y vi que muchos entraban al Calinda donde Slim quizá respira, teniendo a su lado uno de sus arquetipos el Sanborns. Más adelante por la costera, los hoteles van subiendo quizá no de categoría pero sí de precios por habitación, 4 mil por una sola noche en el Copacabana y es poco si se mira en otros hoteles. En uno de ellos, El Cano que tiene como firma de presentación a un OXXO vecino que se llama igual, ha sido mencionado por varios turistas que fueron víctimas de robos por internet al comprar habitación, cuya solicitud ya pagada no es reconocida por el hotel. Solo se responde que ha habido varios casos similares, pero al parecer no ha hecho la denuncia pública para advertir a otros presuntos clientes. La Secretaría de Turismo debería intervenir. Abajo, la negritud, uno de los elementos que enriquece a este turismo, transita por la caliente playa vendiendo vestidos hindúes, baratijas gringas y algunas chinas y las esbeltas mulatas llevan en sus cabezas en perfecto equilibrio, los manjares marítimos para saciar turistas. Se les ve llegar bajo el sol ardiente ante el protegido turista, con sus piernas delgadas, de un color negro acentuado por el transitar cotidiano. Muchos han bajado de las sierras y de las montañas, para sumarse a ese caminar diario por la arena, a veces infructuoso. Lo que pasa en Ucrania con un imperialismo gringo, envalentonado para golpear la tierra de Lenin, no les llega a la mayoría. La guerra por la subsistencia diaria, es más importante.
ÁRBOLES FRUTALES EN LUGAR DE LA ROJA AMAPOLA
Pese a tres siglos de invasión española y los que siguieron con otro tipo de invasión, no ha cambiado la vida de la población afromexicana en México. Según el último censo de Inegi, eran al tomar el levantamiento, 2 millones, 576 mil, 213 personas de origen africano, descendientes de aquellos que fueron traídos a fuerzas, secuestrados, para servir a los españoles. Si se parte de los datos, su distribución está en todos los estados, si bien su concentración principal se da en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Estado de México y también en la CDMX donde hay una población importante. El olvido, la omisión de este importante segmento de nuestra población ha ido cambiando, aunque por lo que vemos en las playas, no hay muchos resultados todavía. El programa Sembrando vidas que ha sustituido cultivos como el de la amapola en la Costa Grande y en parte de la Costa Chica, no ha repuntado todavía. Estos que caminan en las playas, son parte de la expulsión y la búsqueda para sobrevivir. Algunos lo han sido por el crimen organizado, en un Guerrero de grandes jornadas de luchas, de guerrilleros, de cacicazgos abusivos y de pobreza. Es uno de los más pobres del país. Se inserta como toda la historia de los traídos de África y a veces de Nueva Guinea, en el pionero del análisis de este sector, el antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán, escrito en su libro La población negra de México, de 1946, editado varias veces, una de ellas por el Fondo de Cultura Económica. Autores posteriores han insistido en esta porción mexicana que tanto ha aportado al país, para que su reconocimiento sea pleno y tenga los derechos que por estancia y descendencia les corresponden.