Indicador Político
Los pleitos de Carlos Joaquín
La emergencia sanitaria ha sido más letal que un huracán para Quintana Roo. Una entidad que vive, casi al cien por ciento, de los visitantes. El encierro, hablamos de dos meses, en esa entidad federativa vino acompañado de miseria, desde lo más alto de la pirámide económica hasta el maletero que vive de propinas. La crisis, por lo tanto, ha sido más fuerte que en cualquier otra parte del país.
Y, también, se ha vivido con un liderazgo excepcional. Porque el gobernador, Carlos Joaquín, entendió desde el primer instante la magnitud del problema y, en el mismo inicio, organizó las medidas paliativas inmediatas, que comenzaron por llevar algo de comer a las familias más afectadas.
De esta manera el encierro fue más llevadero, y por tanto más respetado.
Quintana Roo necesita volver a la normalidad con urgencia, o la gran crisis económica que ya padece, la pérdida de empleos, se convertirá en el peor de los escenarios a imaginar. Eso es lo que motiva a Carlos Joaquín a pelear, ante una federación que no parece entender lo que sucede en el Estado, para que el Turismo sea catalogado como actividad esencial.
Después de todo es una de las entradas de divisas más importantes del país.
Carlos no se asustado, y tampoco se ha aislado. Al contrario de otros gobernadores le dedica muchas horas del día a la comunicación, a informar personalmente lo que sucede, lo que ha permitido que exista mayor esperanza, mayor confianza, y por tanto menor violencia social.
La gente en Quintana Roo, la más grande mayoría, vive al día. Y no tienen, por muchas semanas no han tenido, espacio para poder ganar la subsistencia. Carlos Joaquín ha conseguido que no la desesperación no se traduzca en manifestaciones, en un descontento que sería imposible de solucionar.
Su más reciente pleito pertenece a todos, no solamente en Quintana Roo: Los recibos de la luz. Esos consumos a los que hemos estado obligados por permanecer encerrados en casa., y que no se han traducido en un natural aumento sino en cobros hasta cuatro o cinco veces mayores. La tragedia de quedarse sin luz en una entidad que este jueves 21 de mayo tenía, como ayer, como antier, un promedio de 34 grados de temperatura con sensación térmica de 40 grados, es la peor pesadilla. El gobernador Joaquín lo sabe, y por eso ha comprado una nueva batalla.
En Quintana Roo, y esto también hay que reconocérselo, la movilidad se ha visto reducida por encima de la media nacional, el número de casos de contagio, que al inicio sobre todo en Cancún fue aterrador, se logró disminuir. Aquí sí que se ve la luz al final del túnel. Si Carlos Joaquín consigue que haya luz, que la CFE entienda las necesidades de la población y la naturaleza de la emergencia que vivimos.
Habrá, también, que agradecerle que, como hicieron otros gobernadores, no haya fingido un contagio de Coronavirus para encerrarse en el aire acondicionado, que haya sabido dar la cara en la peor de las realidades…
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