Indicador Político
La CNDH quiere libre al asesino de Luis Donaldo Colosio.
Para intentarlo ha anunciado un camino jurídico por el cual no andarían un litigante común y menos una institución de alta capacidad profesional.
Rosario Piedra Ibarra, activista de la autodenominada 4t y presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, invoca la tortura como causal.
Argumento casi de imposible comprobación a más de 27 años del crimen de Lomas Taurinas, el peor suburbio de Tijuana aquel 23 de marzo de 1994.
Se le darían voz y crédito a Mario Aburto Martínez con el propósito de presentar aquel homicidio como parte de la guerra intestina del PRI en la etapa neoliberal.
Podrían inclusive crearle foros de denuncia –una matutina de Palacio Nacional, por ejemplo- como crimen de Estado por pleitos entre facciones priístas.
Pero sería más fácil aplicar el derecho simple y abrirle la puerta penitenciaria porque ya estuvo mucho tiempo recluido y ya tiene derecho a la libertad.
¿No acaso se utilizó ese argumento y el buen comportamiento de José Antonio Zorrilla Pérez por el homicidio del periodista Manuel Buendía?
Y sin duda ahí sí habría mayores elementos para invocar crimen de Estado, no por quien se declara asesino solitario y hasta accidental.
“ME EMPUJARON Y SE DISPARÓ”
Sí, accidental.
Mario Aburto Martínez tiene diferentes mentiras, versiones y hasta presunciones, a la medida de su interlocutor, de lo sucedido aquella tarde fronteriza y estremecedora.
Sirva esta ocasión para difundir uno de sus cuentos, no publicitado hasta ahora pero narrado con descaro ante diputados y senadores la LVI Legislatura:
Yo leí en un periódico que iría el candidato a la Presidencia y decidí asistir.
Al final del mitin, cuando me acercaba para verlo de cerca, yo llevaba la pistola en la cintura dentro del pantalón y sentí que se me caía.
La tomé, la gente me empujó y en el movimiento –Aburto alzo la mano– mi brazo quedó hacia arriba y accidentalmente se me disparó.
Luego la quise guardar y se me volvió a disparar cuando él (Colosio) caía. Fueron dos balazos.
–¿Y por qué tenías pistola? -preguntó el diputado Víctor Orduña (lo acompañaban Juan Ramiro Robledo, y Angel Sergio Guerrero Mier, entre otros).
-Porque la compré para defenderme.
-¿Entonces sí aceptas que tú lo mataste, que eres el verdadero y único asesino?
-Sí, fui yo…
¿POR QUE ME DICES ASESINO?
Reflexionó y luego explotó:
-Momento: ¿por qué me dices que soy asesino? -se molestó antes de dar por terminada la cita y llamar a los celadores para regresar a su celda.
Justo lo mismo hecho al columnista Rafael Cardona cuando hablaron de su sentencia, de su larga reclusión y un “yo puedo sacarte en minutos con un buen abogado”.
Pero esto no lo puede hacer, ni se le ocurre, la CNDH de la activista Rosario Piedra Ibarra.
INDEMNIZACIONES POR LÍNEA 12
El Grupo Mexicano de Seguros se siente reivindicado porque se ha desmontado una mentira.
Varias versiones la acusaron de no pagar lo correspondiente a víctimas y familiares de la Línea 12 del Metro.
Pero 95 por ciento de ellos ya han sido indemnizados y se coordina con el gobierno de Claudia Sheinbaum para resolver cualquier problema surgido en ese sistema de transporte.