Indicador Político
No es una renuncia cualquiera.
Y menos cuando se busca trascender.
Nos referimos, claro, a la inminente salida de Javier Jiménez Espriú de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Es un relevo cantado.
Desde hace tiempo está bajo análisis porque él está aislado en estos tiempos por ser una persona de altísimo riesgo.
Sus 82 años hablan de esa situación, amén de males físicos y en concreto cardiacos.
Pero no solamente eso.
Desde hace tiempo ha explorado con su jefe la posibilidad de abandonar su encargo y, previa cirugía, quizá reincorporarse a otra posición.
Quisiera una de tipo diplomático y está en posibilidad de negociarla porque no tiene disidencias con su superior.
Situación diferente a las explosivas idas de Germán Martínez Cázares y Carlos Urzúa y el escándalo de Josefa González-Blanco.
Por el contrario, hay suma confianza para un planteamiento con características laborales pero sin implicaciones políticas e ideológicas.
Inclusive le concederían el derecho de sugerir a su inminente relevo pero… ahí está la nota.
HERENCIA EN JUEGO
Debe ser una persona con mucho empuje.
Identificado con el proyecto gubernamental pero capaz de imponer sello porque la SCT es la que más huella ha dejado sexenio a sexenio.
En espera de la aceptación de la renuncia de Javier Jiménez Espriú y la decisión de su sucesor, demos un retrato hablado del futuro para esa secretaría.
Aunque no se diga y, por el contrario, mucho se promocione, empiezan a surgir temores sobre
el Tren Maya.
Es decir, hay razones económicas, técnicas e inclusive legales y resistencias sociales para garantizar su construcción en tiempo y forma.
De no lograrse, sería un fracaso del sexenio.
Como resultarían otros proyectos insignia -refinería de Dos Bocas, Santa Lucía- a los cuales se ha apostado la imagen transformadora.
Por lo tanto, se busca a alguien capaz de sacar prácticamente de la nada -crisis económica, falta de recursos- para salvar el prestigio.
Hay dos objetivos a la vista.
El primero es garantizar el circuito aeroportuario del altiplano: Ciudad de México, estado de México, Cuernavaca, Toluca, Querétaro.
Y el segundo, asociarse con estados para realizar obras carreteras con vigencia regional.
FURIA CONTRA GAELL
1.- Durante la reunión de este día en Palacio Nacional saltará otra vez el tema sanitario.
Los gobernadores expondrán su inconformidad hacia los colores impuestos a los estados por el subsecretario Hugo López-Gatell.
Nada nuevo, si se recuerdan descalificaciones como las de los gobernadores de Tabasco y Jalisco, Adán Augusto López y Enrique Alfaro.
Pero difícilmente surgirá otra metodología porque la apuesta presidencial está en quien ha resultado su vocero y no es un sexenio de complacencias.
Y 2.- tampoco será una reunión de escándalo.
Por ello ya se disciplinó la semana pasada a tres de los mandatarios estatales más reacios: el guanajuatense Diego Sinhue, el jalisciense Enrique Alfaro y el colimense José Ignacio Peralta.
Con base en lo explorado, habrá peticiones pero no gritos y sombrerazos como los han lanzado a solas los distintos grupos de gobernadores.
De cualquier forma, los reclamos centrales serán la entrega de recursos y la institucionalización de un diálogo federación-estados.