Joven yucateco solicita ayuda para pagar tratamiento y evitar el cáncer
MÉRIDA, Yuc., 1 de diciembre de 2021 .- El VIH afecta a todos los países del mundo teniendo mayor incidencia en países en vías de desarrollo. Las personas con VIH/SIDA son consideradas como un grupo vulnerable socialmente tanto por las consecuencias de su condición y por el abandono que subyace al diagnóstico.
Los esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de estas personas han contribuido a controlar en parte el aumento progresivo de nuevos casos. Sin embargo, aún no es posible erradicar la enfermedad aunque se cuenta con un tratamiento que ha permitido aumentar la sobrevida de las personas que padecen la enfermedad.
La gran mayoría de los afectados por el VIH-Sida siguen siendo objeto de estigmatización y temen perder su trabajo si reconocen que están contagiados. También enfrentan serias dificultades a la hora de establecer relaciones sentimentales.
En Yucatán, “el avance para eliminar la discriminación y estigmatización ha sido de manera lenta porque todavía hay mucha desinformación; existe gente que aún no sabe que la infección se puede prevenir. Además, también ya se cuentan con tratamientos, una vez que se ha diagnosticado, lo que permite que no se llegue al cuadro del SIDA”, así lo aseguró Pablo Alemán Góngora, presidente de la Red de Personas Afectadas con VIH (Repavih).
Reconocer la existencia de prejuicios y discriminación en el entorno social y sanitario en personas VIH/SIDA, permite asumir que es un problema complejo, del cual es necesario conocer cómo se produce, los efectos en las personas que lo padecen y establecer las estrategias necesarias para comenzar a intervenirlo. En Repavih, al menos 3 mil 500 personas de las 10 mil que ha notificado la Secretaría de Salud, se han acercado para ser personas de cambio en su entorno laboral y familiar.
La discriminación a personas con VIH/SIDA se asocia al estigma a partir de las formas de contraer la enfermedad. Esta imagen prejuiciada ha provocado que grupos concretamente de jóvenes heterosexuales, descuiden las acciones preventivas, sintiéndose seguros realizando conductas de riesgo, limitando el control de la enfermedad a nivel global.
En ese sentido, Alemán Góngora destacó que se requieren estrategias de capacitación permanente al personal sanitario, no sólo en aspectos técnicos procedimentales relacionados con la enfermedad, sino orientados a la dimensión ética de la atención, enfocándose en los derechos humanos.