Avalan en Yucatán prohibición del uso de vapeadores
MÉRIDA, Yuc, 11 de enero del 2024. Aún que doña Rafaela Can Aké, es una reconocida partera tradicional en el Estado y en el extranjero, sus 40 años en la partería y los más de 700 bebés que ha traído al mundo no ha sido suficiente para que hasta el momento se le permita entrar a la sala de parto de hospitales públicos de la entidad.
Esto, dice, es una lucha que las parteras tradicionales llevan años librando y que aún no ganan a pesar de los esfuerzos que hacen para capacitarse y que cada vez son más buscadas por las embarazadas.
“Nosotras las parteras nos capacitamos, la Secretaría de Salud nos da cursos y estamos registradas con ellos, antes, las parteras manejábamos la hoja del certificado del bebé nacido vivo, pero como hubo robos de bebés lo quitaron, ahora nos dan uno foliado que ponemos la huella del bebé, se lo damos a la mamá, ellas lo entregan y les dan el certificado del bebé nacido vivo”.
Esto no ha servido para que las parteras tradicionales entren a la sala de parto con sus embarazadas, lo cual dijo, afecta a la madre porque entra temerosa, pues el papel de las parteras es guiarlas, tranquilizarlas, darles confianza y ayudarlas en el trabajo de parto.
“Nosotras creamos un vínculo con nuestras mujeres, nos tiene confianza, llevamos todo su embarazo y cuando ya se acerca el momento nos dicen que no podemos entrar al hospital porque no somos familia, eso las estresa, las pone más nerviosas”.
La originaria de Chumbec, señaló que por ahora en el hospital privado CEM les permiten entrar con las parturientas, y recalcó que es un trabajo hermoso, pues las dejan que hagan su trabajo con libertad.
“Aprendo mucho de los médicos, el doctor Gonzalo Cárdenas me enseñó a suturar, entonces cuando una mujer tiene desgarre ya la suturo yo, y creo que ellos también aprenden de nosotros, o eso quiero creer”
Para finalizar, doña Rafaela dijo que el trabajo de la partería tradicional debe ser más valorado y respetado, no solo porque es una técnica ancestral sino porque en realidad su trabajo cumple una función importante, como en la pandemia por Covid 19, en donde las mujeres tenían miedo de ir al hospital o estaban llenos.
“Cuando la pandemia, fuimos nosotras las que recibimos a los bebés, las mujeres tenían miedo de ir a hospitales, además de que no había porque estaban llenos, no había consultas, nosotras las acompañamos durante el embarazo y recibían a sus bebés, los médicos deben respetar nuestro trabajo”.