
Da tregua el calor en la Península de Yucatán por frente frío 37
MÉRIDA, Yuc., 7 de abril de 2025.- Conscientes del impacto negativo que generan los herbicidas, insecticidas y compuestos químicos dentro de la biodiversidad, alumnas de ingeniería ambiental y química del Tecnológico de Mérida presentaron un proyecto para eliminar plagas agrícolas, a través de una cepa del hongo Trichoderma.
Denis Magaña Ortiz, profesor investigador del Tecnológico, comentó que dentro de la biodiversidad existen hongos que de manera natural parasitan plagas de insectos como la mosquita blanca, cucarachas, así como el ácaro rojo, también conocido como araña roja, motivo por el cual las universitarias trabajaron con una cepa de la península de Yucatán.
Explicó que el proyecto que se presentó el mes pasado en el 17º Congreso Europeo de Genética de Hongos, realizado en Dublín, Irlanda, se trabajó de la mano con el Tecnológico de Conkal, con el objetivo de tener una propia cepa que ayude a eliminar plagas que afectan plantíos de chile habanero, pepino, tomate y calabaza.
“(Las plagas) generan un enorme problema ambiental y ecológico porque se rocían grandes toneladas de pesticidas y matan a las abejas y eso impacta profundamente la producción apícola. Para contrarrestar esto, se utilizó una especie de hongo que es aislada de Yucatán y hemos visto que tienen actividad insecticida”, refirió.
El investigador explicó que el hongo parasita al insecto, ya que coloniza su piel y los mata, o bien, los inhibe de depositar huevecillos, lo que reduce considerablemente su población, motivo por el cual el hongo se vuelve una alternativa ecológica ante el uso indiscriminado de insecticidas, de herbicidas y otros compuestos químicos.
Magaña Ortiz también dijo que este proyecto nació ante la necesidad de contar con una cepa de hongos propia y local, que permita a las y los productores agrícolas yucatecos tener una opción ecológica para el control de plagas y ya no depender de cepas que importan de Canadá o Estados Unidos y que son más caras y menos resistentes al clima de Yucatán.
“Optamos por tener nuestras propias cepas, ya que aunque hay cepas comerciales, no se adaptan al calor de aquí, a las lluvias y además tienen competencia con otros organismos; entonces, lo que estamos buscando es que el producto se aplique a gran escala y así ya no depender de la tecnología de otros países”, mencionó.
Acotó que, si bien ya se hicieron pruebas de laboratorio y en invernaderos, los cuales resultaron positivos, aún no se aplica a gran escala, motivo por el cual pidió el apoyo de las secretarías de agricultura y medio ambiente local y federal para poder esparcir este hongo en grandes superficies, ya que para ello se necesita autorización.