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MÉRIDA, Yuc., 16 de noviembre de 2023.-En Quintana Roo la imposibilidad de obtener los permisos de impacto ambiental y no contar con la facultad para hacer valer el derecho en materia de desarrollo regular por la falta de capacidades de vigilancia dentro de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) han propiciado un desarrollo inmobiliario irregular e incontrolable pese a la protección de estas zonas.
Si bien el Gobierno Federal ha declarado nuevas ANP recientemente y presume que México tiene más de 200 de estas áreas naturales que cubren en torno al 11 por ciento de la superficie terrestre y el 22 por ciento de la superficie marina del territorio nacional, estos esfuerzos no han sido suficientes para controlar los daños.
La presión turística, así como los recortes al presupuesto de las instituciones ambientales y la falta de permisos a desarrollos inmobiliarios turísticos en Quintana Roo, son algunas de las causas del auge de la irregularidad en el estado, lo que ya comienza a generar consecuencias sociales y ambientales en sus populares destinos tales como Tulum o Holbox.
Por una parte, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), encargada de administrar las ANP, sufre de constantes recortes al presupuesto desde la administración pasada, pues los proyectos de presupuesto de egresos de la Federación presentados al Congreso de la Unión desde 2018 han quitado dinero a la dependencia año tras año.
Mientras que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Quintana Roo, también se ha visto afectada por los recortes al presupuesto y se ha reflejado en una importante disminución en sus capacidades de vigilancia al contar con únicamente dos inspectores en todo el estado, situación que ha sido aprovechada por el desarrollo turístico irregular.
Aunado a esto, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) región Sureste, advirtió que estos desarrollos ilegales se llevan a cabo en la clandestinidad debido a que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autoriza pocas Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA), lo que ocasiona que se frenen obras y el desarrollo urbano del Estado, a pesar de la creciente demanda que existe.
En ese sentido, señalan que obtener un permiso de construcción inmobiliaria en la entidad puede tardar de uno a dos años dependiendo el proyecto y actualmente hay más de 100 proyectos detenidos por esta situación.
Destinos como la Isla de Holbox, declarada ANP desde 1994, la situación es la misma ante la presión turística, al enfrentar graves desafíos ambientales y la pérdida de su esencia natural debido a su popularidad turística y la falta de regulación efectiva, lo que ha propiciado un auge de construcción irregular descontrolada y fuera de la norma.
Un desarrollo inmobiliario que recientemente se detectó que no cumple con las normas, es Shanti Holbox, un proyecto que consta de 120 terrenos en las playas de Punta Mosquito, que son vendidos como mini lotes, pero aunque son presentados como autosustentables y sostenibles, están fuera de toda regulación y no cuentan con autorización de impacto ambiental de la Semarnat.
En Tulum la situación es la misma ya que no cuenta con un Programa de Manejo actualizado para establecer las reglas en materia de desarrollo inmobiliario al interior del polígono, lo que se ha traducido en asentamientos irregulares y falta de normas claras.
De hecho, ante la creciente demanda turística, la cifra de desarrollos habitacionales inscritos en Tulum se quintuplicó en 2021, al pasar de 123 en mayo de 2020 a 625 en la actualidad, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).
¿Los desarrollos sustentables son la solución?
Los decretos de nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP) deben estar acompañados de estrategias en coordinación de los tres niveles del gobierno, la Iniciativa Privada (IP), comunidades, sociedad civil y el desarrollo regular y sostenible con el principal objetivo de que los recursos del turismo y del desarrollo sean procurados para garantizar la protección y generar recursos para mantener su conservación.
De hecho, el impulso de los desarrollos sustentables y regulares a partir del turismo ecológico han presentado casos de éxito en toda la República, así como en Quintana Roo y Yucatán, de ANP que se han protegido en alianza y colaboración con el gobierno.
El Parque Nacional Arrecifes de Cozumel es uno de los mejores ejemplos, ya que se le conoce como el Gran Arrecife Maya porque se encuentra la barrera de coral más grande del mundo y es el área donde se ha establecido una reserva de coral protegido.
De esta manera ayudan a recuperar y mantener en condiciones óptimas el ecosistema del arrecife, lo que permite que se pueda admirar su fauna marina, y disfrutar del buceo por medio de actividades controladas y responsables con el ambiente y gracias a la protección de esta parte de arrecife, es hogar de 300 especies de peces que habitan en los corales.
La Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, que fue declarada ANP en 1986 y Patrimonio de la Humanidad en 1987 por la Unesco, también es otro caso exitoso debido a que es una de las áreas que se distinguen por sus importantes proyectos orientados a la conservación de la biodiversidad y desarrollo sustentable.
A partir de un esfuerzo inicial por diversificar las actividades económicas de las comunidades y en el área de influencia de Sian Ka’an, las cooperativas fueron capacitadas para prestar servicios turísticos, con un enfoque en objetos de conservación y desarrollo local y de preservación.
El proceso de planeación y visión de largo plazo fue clave para su éxito, incluyendo el contar con un Programa de Manejo que integra Programa de uso público, estudios de Capacidad de Carga y Límites de Cambio Aceptable como parte de las reglas administrativas.