
Eclipse lunar, visible en Yucatán durante madrugada del 14 de marzo
MÉRIDA, Yuc., 22 de mayo de 2021.- Pese a los avances legales y en materia de derechos humanos que buscan proteger a los integrantes de la comunidad LGBTI+, en la realidad, suelen ser marginadas, discriminadas y violentadas por el sistema, aseguró Marcela Durán Rosado, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Durante el Primer Seminario de Cultura de Paz “Una construcción desde la educación” refirió que la discriminación es una práctica cotidiana a través de la que se brinda un trato diferente o desfavorable hacia una persona.
“Esto suele dirigirse hacia quienes viven y ejercen su sexualidad al margen de lo que se ha considerado históricamente hegemónico. Muchas veces, a las personas les resulta complejo identificar estas prácticas y lo hacen de manera inconsciente”.
La especialista, agregó que respecto a las preferencia sexuales de las personas, las formas de discriminación a veces resultan imperceptibles para las personas o instituciones, sobre todo cuando se tiene la concepción de que somos “mujeres y hombres conforme al órgano sexual”.
“Tenemos la falsa idea de que un grupo, normalmente minoritario, representa una amenaza para la sociedad, o que algo malo va a suceder si se les permite ser como ellos quieren”, destacó.
Mencionó que las personas tienden a asumir que tienen ese permiso moral para opinar o involucrarse en la sexualidad ajena y actúan como jueces al etiquetar a personas con diferentes orientaciones.
Asimismo, este tipo de comportamiento se identifica en los espacios educativos, donde en los diversos niveles existe un temor profundo a abordar temas relativos a la sexualidad.
Duran Rosado subrayó que también existen en la sociedad prejuicios y estereotipos aceptados como verdades, sin discusión alguna; además de que prevalece la injusticia testimonial, que se traduce en descalificar, ignorar o no tomar con seriedad las voces o testimonios de quienes han sufrido este tipo de discriminación.
También, destacó que las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes deben conocer en torno a la sexualidad temas como: Anatomía de los órganos reproductivos, reproducción, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, expresiones amorosas y diversidad sexo-genérica.
Entre los retos para fortalecer la cultura de la igualdad, se encuentran la disposición a desaprender para volver a aprender; romper con la inercia de verdades absolutas; pasar del papel a la práctica; emprender acciones individuales y colectivas; y el trabajo articulado desde los diferentes sectores de la sociedad, concluyó.