![](https://yucatan.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/480582364_1034557378705463_7066437033434658613_n-107x70.jpg)
Aseguran drogas y detienen a 1 persona en operativo en Tekax
MÉRIDA, Yuc., 18 de mayo de 2021.- Las personas que aterrizaron un avión Douglas DC-3 en medio de la selva yucateca de Celestún, demostraron ser “expertos pilotos” al evitar que la aeronave se siniestrara, comentó Jorge Ancona, en entrevista con Quadratin.
El ex elemento de la Policía Federal de Caminos (PFC), recordó como “alrededor de los años ochenta”, durante un vuelo rutinario de monitoreo, visualizaron una aeronave que recientemente había efectuado un aterrizaje forzoso en la zona de manglares.
“Localizamos ese avión que había caído, no sabemos si un día antes o dos, el caso es que estaba ahí empantanado (…) no intervenimos puesto a que estaba en el manglar de Celestún, por El Palmar.Lo único que hicimos fue reportar a la Comandancia del Aeropuerto de Mérida, pero ya no supe qué más sucedió”, relató el ex agente federal. Resaltó que lo impresionante fue que lograran descender la pesada aeronave sin que ésta se hiciera pedazos, por lo que la extinta corporación dedujo que el aterrizaje forzoso fue realizado por “expertos pilotos” que se quedaron sin combustible.
“Bastante alarmante de ver ese tipo de aeronave ahí empantanada, no sabíamos qué había ocurrido, es un carguero que posiblemente se le acabó la gasolina, porque no se incendió”, añadió Ancona.
Aseguró que lo preocupante fue el destino de los tripulantes, ya que por la temporada en la que cayó la aeronave y la zona, el agua debió haberles llegado por arriba de la cintura y se debieron encontrar con fauna depredadora.
Otro punto alarmante fue que poco tiempo después del hallazgo, a la aeronave le fueron desinstaladas algunas partes de gran peso: “tenía motores, tenía todo, pero en días posteriores pasamos por ahí y ya no los tenía, estamos hablando de motores muy pesados, son motores radiales no son turbinas, para sacarlos necesitas una grúa”. Aseguró que como este suceso ocurrió hace casi 40 años, los elementos viajaban sin cámaras o dispositivos tecnológicos, que permitieran capturar evidencias durante el momento del hallazgo.
Finalmente, reconoció que llegar al viejo Douglas perdido en la selva yucateca, como se han propuesto algunos jóvenes exploradores de la entidad, sería “una magnífica aventura”, pero estos deben extremar sus precauciones por la difícil accesibilidad de la región.
“Los que mejor saben cómo ingresar y conocen los canales son los mismos lugareños, ahí hay canales para acceder con lanchas de piso plano y palanca, no con motor, el agua yo considero que ahí debe de llegarles a la cintura en el pantano y pues obviamente hay fauna nociva, así que hay que entrar con mucho cuidado”, concluyó.