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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de julio de 2020. — Actividades turísticas y desechos de la agricultura provocan que la Laguna de Bacalar, mejor conocida como laguna de los siete colores, en Quintana Roo, pierda su esplendor, revela un estudio de Luisa Falcón Álvarez, del Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Es un tesoro del planeta que no hemos sabido cuidar; el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo”, advirtió, por medio de un comunicado.
Su arena blanca y los diferentes gradientes de profundidad le otorgan siete tonalidades de azul, que han empezado a desaparecer de manera recurrente y se transforman en una coloración verdosa y café, señaló la universitaria.
La experta y su equipo han trabajado década y media en la zona, que en los últimos años pasó de recibir decenas de visitantes al año a más de 140 mil; ese incremento se registró desde la llegada del sargazo al Caribe mexicano, que ha ahuyentado a los turistas a otros sitios, como Laguna de Bacalar.
“Entonces se improvisaron hoteles y aparecieron servicios de la noche a la mañana, inadecuados y sin regulación”, dijo.
Desde hace un trienio la ocupación hotelera es mayor al 85 por ciento durante todo el año, lo que ha acelerado el deterioro del entorno.
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