Convertirán a Yucatán en referente de la industria marítima internacional
MÉRIDA, Yuc., 2 de noviembre del 2022. “No le temo a la muerte, le temo a la manera en que he de morir que no es lo mismo” respondió muy tranquilo Jesús Alcocer, un hombre que, desde hace 20 años, ejerce el oficio de embalsamador y ha recorrido el país trabajando en diversas funerarias.
“Yo aprendí de una tía que se dedicaba a esto en Monterrey, era bien raro porque no hay muchas mujeres embalsamadoras, al principio me daba miedo ella y lo que hacía, hasta que un día su ayudante no fue a trabajar y me tocó entrarle.
Chuy como le dicen sus amigos, ahora tiene 40 años, y recuerda ese primer cuerpo de manera tan nítida, como si fuera el presente.
“Nunca se me va olvidar, fue una impresión fuerte, me acuerdo que mi tía me dijo que primero se le pide permiso al difunto, se le avisa que le vamos a hacer y le rezamos, para que su alma sepa que no haremos nada malo, al contrario, lo vamos a preparar para que sus familiares puedan despedirse de él”
Después de esa primera vez y a pesar de la impresión, Chuy sintió curiosidad por aprender, pues dice, lo que realiza un embalsamador requiere técnica y estudio.
“Mi tía me fue enseñando y yo luego me metí a cursos, y así pues fui aprendiendo más, ha sido muy interesante y me gusta mucho lo que hago, muchos me preguntan que, si no me da miedo, o que si puedo dormir y pues yo creo que eso más bien tiene que ver con tener la conciencia tranquila”
Sin embargo, tener la conciencia tranquila no lo ha librado de vivir algunos episodios paranormales o raros, y aunque al principio sentía miedo, ya lo toma con más naturalidad.
“Me han pasado muchas cosas raras, una vez mientras realizábamos todo el procedimiento, el cuerpo abrió los ojos, era cuando iba iniciando, me asusté muchísimo, en otra ocasión mientras preparábamos un cuerpo, empezaron a temblar los objetos y la luz se iba y venía, a veces vemos sombras, se escuchan ruidos, ya estamos más acostumbrados, pero nos ha pasado de todo”
Para finalizar Jesús comenta que este trabajo es como cualquier otro, solo que trabajas con la muerte en las manos, y eso ha hecho que la respete, más no le teme.
“Se le teme a lo desconocido, a lo que no sabes que va a suceder, y pues todos vamos a morir, te mueres y ya no sientes nada, más bien no queremos morir de cierta manera, con dolor, pero la muerte en sí, creo que lejos de ser malo, es un descanso, tenemos una mala idea de la muerte a pesar de que el simple hecho de nacer ya nos crea un lazo con ella”