Un reconocimiento es un estímulo para seguir adelante: Luis Pérez Sabido
MÉRIDA, Yuc., 28 de julio de 2024.- De acuerdo con Tiburcio Chan May, sacerdote maya de Kuch Kaab Yéetel-J-Meen Mayaa’ob A.C., tradiciones ancestrales como el Jéets Méek se deben preservar, ya que en este caso es una ceremonia ancestral que no solo celebra la llegada de un nuevo miembro a la comunidad, sino que simboliza el ciclo de vida.
Explicó que, en este bautizo maya, se busca transmitir al niño o a la niña las habilidades físicas e intelectuales necesarias para convertirse en una persona de bien y con un oficio, integrándose así a la sociedad de manera plena y significativa y el nombre de la ceremonia proviene de la forma en cómo se sostiene a los infantes en el ritual.
Señaló que los padrinos o madrinas cargan al menor, que debe tener menos de cuatro meses, sobre su cadera izquierda, gesto emblemático y que se realiza con gran cuidado, simbolizando la protección y el apoyo que la comunidad brindará al niño o niña a lo largo de su vida adulta y dentro de su comunidad.
Indicó que durante el bautizo se realizan una serie de rituales que varían ligeramente según la región y la comunidad, ceremonias que pueden incluir bendiciones, ofrendas y oraciones dirigidas a las deidades mayas, a quienes se les pide salud, sabiduría y prosperidad para el menor, algo que se debe hacer durante la luna llena.
Recalcó que dicha ceremonia no es solo una tradición religiosa, sino también un momento de reafirmación cultural y de identidad para los pueblos mayas, ya que a través del Jéets Méek, se transmiten valores fundamentales como el respeto por los ancestros, la conexión con la naturaleza y la importancia de la comunidad.
“El Jéets Méek no solo celebra la vida y el renacimiento de un nuevo miembro de la comunidad, sino que también refuerza el compromiso de preservar y transmitir una rica herencia cultural a las futuras generaciones”, destacó el sacerdote maya, quien abundó que su realización garantiza su permanencia en las comunidades.