Indicador Político
Fin de una era: consulta por el SI y cambios en América
No es superfluo lo que está pasando y los que lo eluden deberían de reflexionar. Las propuestas que están surgiendo de México no son al vacío. La extraordinaria reacción que se dio en la asamblea de la ONU el pasado 23 de junio en la que 184 países pusieron en evidencia al imperio estadounidense, es un reflejo de una postura que encubre muchas otras cosas. Es cierto que gobiernos de países europeos y algunos de otros confines y América se bambolean, pero ese solo voto emitido en el organismo internacional ya saca profundidades contra una nación cuya postura es seguir dominando al mundo. Ahora, desde la OEA, el país del norte pretende revertir la postura de varios países a favor de Cuba, a través del Consejo Permanente, organismo que le ha servido lacayamente. En ese contexto, México está lidereando dos posturas de gran alcance, una interna y otra externa. La primera es inédita en el país y se finca en la consulta popular del primero de agosto. No es nuevo en otros países juzgar a ex presidentes e incluso procesarlos. Los casos son públicos, si bien no se usó el mecanismo democrático y popular de la consulta. La otra postura, aunque se finca en un largo camino de críticas contra la OEA y la ya existencia de un organismo alterno como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) nunca se había llegado a los extremos actuales de proponer desde un gobierno establecido, la desaparición del organismo americano por servil a Estados Unidos y su ineficacia por eso mismo, en los intereses de la mayoría de los países del continente.
JUZGAR AL QUE GOBIERNA SIEMPRE ESTUVO EN LA CONSTITUCIÓN.
Si la Constitución da pautas de gobierno desde 1917 con algunas reformas, es lógico que contravenirlas ameritaba sanción. Faltaron leyes reglamentarias más estrictas, pero el mandato ahí esta para interpretación. Este gobierno que podía haberlo hecho directamente, aplicó el mecanismo que la propia norma establece al lanzar una consulta y ampliar la opinión. Eso ha estado en el contexto de la discusión en los últimos meses. La omisión permanente del viejo sistema de encubrir violaciones se fincaba en su propia permanencia. Se juzgaba de vez en cuando a funcionarios para exudar culpabilidades, la vieja historia del chivo expiatorio que llevó a la cárcel a Jorge Díaz Serrano, Eugenio Méndez Docurro y Felix Barra García entre otros y defenestró a no pocos gobernadores, 67 solo de 1929 a 1979. Pero nunca se llegó a la cumbre. El mismo pueblo se encargaba al finalizar un sexenio, de poner en evidencia al proscrito y el propio sistema lo aislaba al prohibirle la intervención en los negocios del nuevo monarca. Algunos hacían advertencias más estrictas a sus antecesores como lo hizo Ernesto Zedillo con Carlos Salinas de Gortari con el encarcelamiento de su hermano. Esta regla la violaron de muchas maneras los panistas que surgieron en el descuido y desplome del gran partido y así escuchábamos a los boca suelta de Vicente Fox y Felipe Calderón metiéndose en el contexto de Enrique Peña Nieto hasta que eran tapadas esas bocas con complicidades. Ahora son aliados.
PLANTEAR UNA AMÉRICA DISTINTA, SIN VENAS ABIERTAS Y SERVILISMO
La propuesta del gobierno de México de eliminar a un organismo tan ineficaz y sumiso como la OEA, de hecho aun sin especificar nombres, ha estado presente en propuestas y en libros famosos. Todos lo que se ha referido a dictadores, militarismo, saqueo, robo, represión, aludían a cambios urgentes y necesarios. En un continente tan diferenciado, en el que el salario menor de un trabajador en Estados Unidos es más alto que el mayor en América Latina, exhibe las diferencias. Un continente que ha llegado a acumular según la Cepal, el 33.7 en promedio de pobres en sus países, 12. 5 de pobreza extrema, es un ejemplo de lo que es ese entorno en este momento, pese a la riqueza original que ha tenido. Y no nos iremos atrás de 1948, año en el que se creó la OEA que aglutina en este momento a la mayoría de los países del continente. La creación de ese organismo tras el impulso de un nuevo orden con la creación de la ONU y la publicación de los derechos humanos del hombre, también en 1948, cayó en el vacío en América. La prevalencia que se adjudicó Estados Unidos como presunto ganador de la Segunda Guerra Mundial, elevó a ese país a la categoría de amo y esto se ha reflejado de muchas maneras que ya conocemos en el continente. En Las venas abiertas de América Latina ( Siglo XXI, edición de aniversario), el uruguayo Eduardo Galeano, aunque se retrotrae a la colonia, hizo un análisis de lo que ha sucedido en la época moderna, en la dominación impuesta a todos los niveles por Estados Unidos con su aliado el Reino Unido y a nivel local, con la OEA. Todo es evidente. Es un libro con los datos de la época que aún circula en escuelas y público y aunque su autor dijo en su momento que no lo volvería a leer y que había superado la postura radical que lo llevó a escribirlo, muchos de los enfoques, de lo que es un gran ensayo, están al día. Hay quienes desde su perspectiva conservadora y el afán de negociar con Estados Unidos, plantean otra visión, pero si la antigua visión de Galeano está a la vista y la vemos con los datos que dan los organismos como la Cepal, no hay otra forma de analizar el problema si no a partir de un cambio en el continente. Y éste está propuesto desde México.