Confiaron en su vecina y hoy pueden perder su casa en Mérida

MÉRIDA, Yuc., 19 de septiembre de 2020.- Por una deuda contraída hace 10 años, Candelaria Chab  y Alonso Puc están a punto de perder la casa en la que han vivido más de 30 años, recuerdan que fue en 2010 cuando su vecina, Marcela Cumul, les prestó 8 mil pesos para que pudieran continuar con la construcción de su vivienda.

Con miedo, a causa de las diversas amenazas que han recibido, contaron a Quadratín que, días después Marcela perdió a uno de sus hijos y acudió a ellos para que testificaran contra su nuera.

“Le dijimos que no y nos dijo que se la íbamos a pagar; como quedamos le llevamos el primer pago de mil pesos, no lo quiso recibir, así los pagos de diciembre y enero de aquellos años, pero no recibía el dinero, dejamos de ir porque dijo que si a un perro le pasaba una camioneta no pasa nada, dijo que, a una persona igual, nos dio miedo”.

Aunque ella y su esposo guardaron el dinero, nunca imaginaron que lo peor estaba por venir, y es que tiempo después, un abogado acudió a su vivienda ubicada en la colonia Emiliano Zapata Sur III para decires que la deuda ya era de 80 mil pesos y que nuestra casa ya estaba hipotecada.

Con lagrimas en los ojos, Candelaria recuerda que el error que cometieron fue entregar los papeles de su vivienda para un trámite de división de terreno, documentos que, debido a la amistad que tenían entregaron sin pensar que los ocuparían para perjudicarlos.

“Esto que ve es todo lo que tenemos, mi esposo es discapacitado, se electrocutó, ahora solo puede chapear y nos mantenemos con lo que recibe de su pensión, que son como 900 pesos. La casita la levantamos con esfuerzo, el primer cuarto nos lo dio el gobierno cuando pasó el huracán Isidoro, porque se cayó nuestra casa, luego de eso empezamos a construir”.

La deuda de esta pareja, en realidad asciende a cerca de 700 mil pesos y es que, por lo poco que recuerdan, deben pagar los 80 mil pesos más los intereses que superan los 600 mil pesos.

Notablemente consternados, tienen confianza en que las autoridades les den la razón y entiendan que “nosotros no debemos ese dinero, mi error fue no abrir una cuenta en el banco y guardar ahí el dinero, mes con mes lo guardábamos para dárselo cuando lo pidiera ¿quién iba a pensar que nos haría esto?”.

Actualmente ya son asesorados por un abogado que consiguió una de sus sobrinas, aunque les aseguró que el caso es difícil, dijo que haría todo lo necesario para ayudarlos y puedan conservar la vivienda en la que están ellos, una de sus cuatro hijos y su nieta.

Por ahora continúan con sus labores, ella como ama de casa y  Alonso haciendo todo tipo de trabajos que le permitan llevar el sustento a su hogar. De Marcela, aseguran no quieren hablar ni bien ni mal, ellos solo quieren que todo esto se resuelva.